Contexto

 

Durante miles de años, la madera fue el recurso más usado por el ser humano: herramientas, juguetes, armas y también para construir refugios, casas, iglesias y hasta infraestructura como puentes y presas.

Con la Revolución Industrial se desarrollaron de forma masiva el concreto y el acero, materiales que, debido a su resistencia, lograron sustituir a la madera en cada vez más tareas y funciones.

Actualmente, la industria de la construcción es de las más rezagadas en materia de innovación, y una de las más contaminantes del mundo, no sólo por la cantidad de CO₂ que emite a la atmósfera, sino también por los desperdicios que genera.

A pesar de que la industria del concreto y el acero han hecho esfuerzos importantes por reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, no es posible eliminarlas por completo. Es aquí donde la madera entra en acción y presenta un universo de oportunidades y mejoras para constructores, inversionistas, y sobre todo, para los usuarios.

Globalmente, el sector de la construcción tiene cuatro principales impactos al medio ambiente:

      • El uso de una gran cantidad de materiales, donde entre el 40-50% de ellos son utilizados en el diseño y construcción de edificios.
      • La extracción, traslado, y transformación de dichos materiales.
      • Un gran consumo energético durante el uso de los edificios.
      • Es una de las industrias con más desechos en términos de volumen, donde, por ejemplo, se descartan cerca de 70.5 millones de toneladas de madera al año, y donde solo son reciclados una tercera parte de estos residuos.