Mitos y Realidades

 

Mito: Daña al medio ambiente.

En los últimos años, se ha comprobado los numerosos beneficios medioambientales de construir con madera. Entre estos, se incluye la capacidad de mitigar la huella de carbono y reducir el desperdicio, así como el uso de materiales no renovables. Por ende, la madera contribuye de manera activa y pasiva a la preservación del medio ambiente. Un árbol tiene la capacidad de absorber CO₂ de la atmósfera y liberar oxígeno simultáneamente. Una vez cosechada y transformada para su uso industrial, la madera ayuda a disminuir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero al reemplazar materiales con una mayor emisión de carbono, que además dependen de materias primas no renovables. Esto es especialmente relevante dado que la industria, al consumir aproximadamente el 50% de los recursos extraídos del planeta, está agotando rápidamente recursos como el plomo, el cobre y el zinc, cuya extracción es cada vez más invasiva y requiere una mayor cantidad de energía.

En resumen, construir con madera ofrece un doble beneficio para el medio ambiente en términos de emisión de Gases de Efecto Invernadero. Por un lado, la fabricación de 1 m³ de madera genera menos CO₂ equivalente que la de concreto o acero. Por otro lado, el árbol del que se obtiene la madera absorbió CO₂ del medio ambiente, almacenándolo en sí mismo y en el suelo. Por estas razones, la madera es el único material con un balance positivo en cuanto a emisiones contaminantes.

MITO: No es apta para zonas sísmicas.

A lo largo de la historia, la madera ha sido un material fundamental en la construcción en diversas culturas alrededor del mundo, algunas destacando por su excepcional habilidad en su uso, lo que ha resultado en estructuras de gran estabilidad y resistencia. La evidencia de esta maestría perdura en edificios milenarios y centenarios que aún se mantienen en pie, incluso en regiones con actividad sísmica notable, como Japón y Chile.

Con los avances tecnológicos actuales, se han llevado a cabo pruebas de estructuras de madera frente a movimientos sísmicos simulados, confirmando la capacidad del material para resistir estos fenómenos de manera estable.

MITO: Mantenimiento.

Todas las estructuras requieren mantenimiento, independientemente del material utilizado. En climas más tropicales, como la mayoría de los países latinoamericanos, la madera está más expuesta a factores ambientales y microbianos, lo que requiere una atención especial. Afortunadamente, existen recubrimientos diseñados específicamente para proteger la madera de estos elementos.

MITO: Construcción rústica.

En muchas partes del mundo, prevalece la idea errónea de que las construcciones de madera son primitivas y rústicas, pero esto no podría estar más lejos de la realidad. Hoy en día, gracias a los modernos sistemas constructivos, la madera ofrece las mismas posibilidades que el concreto y el acero en términos de edificación. Basta con examinar los estándares internacionales líderes en la industria para comprender que la madera merece un reconocimiento mucho mayor del que a menudo se le otorga. Además, contamos con arquitectos ejemplares a nivel internacional, como Shigeru Ban y Andrew Waugh, quienes continúan demostrando que la madera puede ser el material del siglo XXI.

MITO: Es más cara.

Es cierto que, al compararla con otros materiales, la construcción en madera puede resultar hasta un 15% más costosa inicialmente. Sin embargo, al analizar el proceso completo, se revela que una construcción de madera es más económica en general. Esto se debe a que, al ser prefabricada por naturaleza, reduce los tiempos de obra hasta en un 40%. Además, su ligereza implica menos necesidad de refuerzos en la cimentación, lo que contribuye a los ahorros en la construcción.

Mito: Es combustible.

Es cierto que la madera es combustible, pero su reacción al fuego es notablemente estable. Curiosamente, es el acero el material más susceptible al fuego, lo que lleva a que, por ley, todas las estructuras de acero deban ser protegidas con elementos ignífugos para retardar el daño y permitir la evacuación segura de los ocupantes. En contraste, la madera exhibe un comportamiento diferente gracias a una peculiaridad natural: desarrolla una capa de carbón que actúa como barrera, quemándose mientras preserva la integridad del resto del material.

Tanto el acero como la madera pueden ser protegidos mediante el recubrimiento con elementos de yeso para retrasar la propagación del fuego. Se han realizado pruebas a escala real en modelos de edificios, con resultados extraordinarios que han brindado seguridad y confianza a desarrolladores y autoridades para aprobar su uso en la construcción. Curiosamente, durante estas pruebas se identificó que las conexiones metálicas eran los puntos más vulnerables al fuego, lo que llevó a la conclusión de reforzar estas conexiones… ¡con más madera!

MITO: Mala acústica.

La perspectiva varía según a quién se le consulte. En los Estados Unidos, las viviendas actuales cumplen con las regulaciones gubernamentales, aunque hasta ahora han sido relativamente indulgentes en cuanto al aislamiento acústico. Sin embargo, con el avance del uso del CLT en Europa, se han identificado debilidades en estos sistemas constructivos, lo que ha permitido corregirlas y mejorar considerablemente la experiencia del usuario. Dado que la madera es tan liviana, es necesario añadir masa para mejorar su capacidad de aislamiento acústico.

MITO: Durabilidad.

Aunque existen varios ejemplos en todo el mundo de estructuras de madera que datan de siglos e incluso milenios atrás, son bastante escasos en comparación con los monumentos de piedra, como pirámides y murallas, que abundan. Esto ha llevado a que no asociemos naturalmente la madera con durabilidad. Sin embargo, gracias a las nuevas tecnologías y avances en ingeniería, hemos logrado extender la resistencia, fuerza, rigidez y vida útil de los elementos estructurales de madera.

La madera de ingeniería y las tecnologías como el GLT y CLT han permitido reforzar la madera y aumentar sus dimensiones, lo que ha posibilitado la construcción de edificios cada vez más grandes. Esto ha llevado a que la madera sea una alternativa viable al acero y al concreto, prolongando significativamente la vida útil de las estructuras, que ahora pueden durar desde 50 hasta más de 200 años. Este avance coloca a la madera en un pie de igualdad con sus competidores tradicionales.

MITO: Disponibilidad de la madera.

La madera, como recurso forestal, es potencialmente infinita si se gestiona adecuadamente. Construir con madera implica colaborar estrechamente con fuentes responsables y, sobre todo, certificadas. A nivel mundial, existen organismos que han realizado un trabajo excepcional al certificar estos bosques, como el FSC (Consejo de Administración Forestal) y el PEFC (Programa de Reconocimiento de la Certificación Forestal). Estas entidades se encargan de garantizar que los bosques sean explotados de manera sostenible, asegurándose de obtener recursos de manera responsable y reponerlos de inmediato, utilizando las especies adecuadas para no perturbar el equilibrio natural del ecosistema.

El esfuerzo conjunto de estas certificadoras y la obtención sostenible de recursos maderables ha contribuido a la expansión de la superficie forestal en regiones como Norteamérica y Europa.